“El alma empujó quizá al hombre en su evolución corporal, pero está cansada de tironear y sigue sola adelante”. Julio Cortázar

martes, 15 de enero de 2013

Vialidad - Julio Cortázar


En estos momentos me asomo por acá a dejar una nota, una recomendación para todos aquellos que de alguna u otra manera se interesan en leer mi blog. Traigo a ustedes la historia de cronopios y famas “Vialidad” escrita, por quién más, Julio Cortázar. La verdad, encuentro bastante curioso este texto, que, para empezar, no fue publicado hasta el 2009. Varios me han hecho la pregunta: ¿Cómo se puede publicar un texto nuevo de un autor muerto hace más de una década?

En realidad no es un cuento, son más de 400 páginas las que se publican en mi última adquisición, “Papeles inesperados”, un libro que hace recuento de varias páginas que le dejaría Cortázar a una de sus ex-esposas, con el llamado a publicarlas si ella lo decidía. Claro está, que hay varios textos de los que no tenemos conocimiento debido a que el mismo autor ponía una nota diciendo cuales podrían publicarse, y cuáles no. En fin, es para todos los seguidores de Cortázar un reencuentro, y para mí este texto que hoy traigo a ustedes, es de los mejores que hay en el libro, y, sin duda, la mejor historia de cronopios y famas. Sin más, aquí les dejo el texto.

Vialidad

Un pobre cronopio va en su automóvil y al llegar a una esquina le fallan los frenos y choca contra otro auto. Un vigilante se acerca terriblemente y saca una libreta con tapas azules.

-¿No sabe manejar, usted?, grita el vigilante.

El cronopio lo mira un momento, y luego pregunta:

-¿Usted quién es?

El vigilante se queda duro, echa una ojeada a su uniforme como para convencerse de que no hay error.

-¿Cómo que quién soy? ¿No ve quien soy?
-Yo veo un uniforme de vigilante -explica el cronopio muy afligido- Usted está dentro del uniforme pero el uniforme no me dice quién es usted.

El vigilante levanta la mano para pegarle, pero en la mano tiene la libreta y en la otra mano el lápiz, de manera que no le pega y se va adelante a copiar el número de la chapa. El cronopio está muy afligido y quisiera no haber chocado, porque ahora le seguirán haciendo preguntas y él no podrá contestarlas ya que no sabe quién se las hace y entre desconocidos uno no puede entenderse...

Julio Cortázar

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