“El alma empujó quizá al hombre en su evolución corporal, pero está cansada de tironear y sigue sola adelante”. Julio Cortázar

viernes, 22 de febrero de 2013

Precogniciones


Un día Jean Pierre caminaba hacia el autobús como de costumbre, pero había algo de esas cosas intangibles que se sentían en el ambiente. Bueno, se sentían en el ambiente desde la perspectiva de Jean Pierre, porque para dar un ejemplo más efectivo, a su lado en unos 2 minutos estaría sentado Johannes, para quién esas cosas no tenían ningún sentido aquel día, simplemente llevaba el periódico donde entre muchas otras cosas por error del editor decía el resultado de todos los equipos menos el de su favorito, y no podía más que blasfemar. En fin, el ambiente que generaba Jean Pierre era sin duda muy suyo.

Habría de maldecir un poco luego su suerte debido a la excesiva sudoración de quién iba a su lado:

-         -  ¿Cómo es su nombre, discúlpeme?
-         -  Johannes Bach.
-        -   Una lástima que un ser con tal nombre y tal apellido no pueda usar un desodorante adecuado para la época, sin ofenderse, puede usted irse a la Mierda.
-          - ¿Cómo quiere que no me ofenda si acaba usted de mandarme a la Mierda? Disculpará usted, hoy no es mi mejor día, mi equipo pierde y nadie siquiera habla de él, pero usted, que se le ve tan bien, debería de vez en cuando irse a la Mierda.

Jean Pierre, quién sin duda ya no podía captar las cosas intangibles que el destino lo dejó alguna vez alcanzar a percibir, se bajó inmediatamente del autobús, pensativo.

-        -  De ahora en adelante para ahorrarme tantos inconvenientes compraré un carro.

Acto seguido, caminó a comprar un periódico, pero vio que no le quedaba un centavo y recordó que en aquella peculiar ciudad llamada ‘Flor del potrero’ sólo podría comprarse un carro al tener acceso a un periódico.

-        -  Vaya suerte –maldijo--. Creo que el único periódico de hoy lo tiene aquel señor.

No sobraría mencionar que en aquella ciudad de mierda sólo salía a relucir un periódico al día, así que si quería un carro en ese mismo instante, tendría que ir a buscar al tal Johannes Bach, nombre peculiarmente fácil de recordar. Sin embargo, debido al característico orgullo de los habitantes de esa ciudad, preferirían irse a la Mierda antes de pedir perdón a causa de mandarlo hacia tan relevante ciudad.

Dicho y hecho. Jean Pierre mandó recoger sus cosas, aunque no tenía, y se mandó a mudar con su padre a la Mierda, donde salían miles de periódicos por día, y aunque con noticias de ninguna importancia y opiniones totalmente sesgadas por posiciones políticas, al menos no había que ser culto y leer un periódico denso, pesado, lleno de cosas que a él no le interesaban y por demás difícil de conseguir para obtener un medio de transporte en el cual no tuviera que relacionarse directamente con otras personas y mandarlos a la Mierda, acto totalmente inútil e irrelevante tratando con los ciudadanos de aquella ciudad.  

domingo, 17 de febrero de 2013

Paréntesis musical - Rattle

Bueno, aunque sé que no aportará mucho a este blog, me sentiría mal si no les comparto esta canción.
No tiene ningún significado en especial, simplemente es demasiado buena y no quiero privarlos de escucharla.

Rattle - Bingo Players


domingo, 3 de febrero de 2013

Perspectivas

Que haya una gran nube sobre cierto punto de la ciudad se ve, sin lugar a dudas, maravilloso. Aún más cuando tienes esa vista que te ofrece el valle de aburrá. Esto puede tener varias connotaciones o significados: para los más románticos y positivos, significa que ese punto está siendo protegido por alguien en otra dimensión, como un escudo silencioso, además, podría ser esa nube que llega justo cuando la pareja dejó de pelearse, se miran fijamente, el director dice 'acción', cae el aguacero torrencial que no tiene de pura casualidad ningún trueno que arruine la escena. Para otros, podría ser el producto del mal estado de esa parte de la ciudad, como una señal del mal humor de los que la habitan.

¿Pero qué carajos pasa cuando llueve toda la tarde, gotas repentinamente sorpresivas una y otra vez?  A veces el destino no quiere tomar partida.
En fin, como siempre lo he pensado, la verdad es un hecho inquietantemente incierto.